El síntoma Neruda

¿Has visto a Neruda? ¿Qué me dices? Difícil… Estos días cumple 47 años de su muerte. El 23 de septiembre. Pasado al Oriente Eterno, diría Salvador Allende o tal vez Gabriel García Márquez o Federico García Lorca, pulidores de la piedra. Más allá del mandil de piel.

Todo eso me comenta mi amiga del alma… y más. Mucho más sobre Pablo Neruda, y sobre sus relaciones amorosas, que no fueron pocas. Me llena la cabeza. Su biografía familiar tiene tela marinera. De película.

¿A quién le interesan los vaivenes y el caos emocional de quien lo plasma en tinta verde?

Ay qué poco sabes del aclamado poeta… Me zarandea mi confidente e íntima amiga.

Así de entrada no es que suscite mi curiosidad. Pero a otros sí. Lo suficiente como para acariciar la idea de gastarse más de medio millón de euros pujando por gran parte del archivo personal de Neruda. En una subasta. En La Suite en Barcelona. El próximo 8 de octubre (https://www.suitesubastas.com).

Y… Oh. Sorpresa. Hay otra colección de documentos manuscritos de Neruda que nunca han visto la luz. Dedicados a Violeta Parra, Salvador Allende, a premios Nobel… También en tinta verde. “Verde que te quiero verde”, escribió Lorca.

Esta colección es de José Daniel Barquero, director del Círculo de Neruda (https://circuloneruda.es) y director general de ESERP Business & Law School. Me lo presenta mi amiga del alma. No sé de dónde saca tantos contactos.

Y Barquero me cuenta montones de anécdotas de cuando recorrió los escenarios chilenos del Neruda niño, del Neruda adolescente, del Neruda joven.

Y sí. Además era un amante del amor, de las pasiones, de la vida. Una vida muy intensa. Sin el mundo femenino, su obra no sería.

Coincide en ello mi amiga del alma, que ya lo sabía. Es muy lista.

¿Y ya está? Le pregunto a ella.

Rompió los esquemas de entonces.

¿Por casarse tres veces y mantener múltiples amoríos?

Hombre, la segunda esposa, Delia del Carril, tenía veinte años más que él. Si hay quien todavía mira con recelo a las parejas que se llevan dos décadas (Trump-Melania, Macron-Brigitte). Imagínate entonces.

¿Y?

Con el abanico relacional del poeta, es fácil que surja una imagen de persona frívola, que va a la suya. Hay quien lo sentenciaría ya.

Me resisto… Pero sí. Aunque sea premio Nobel.

De hecho, lo hacemos casi todos, de manera automática. Más de lo que nos creemos. Nos convertimos en jueces de los demás. En un instante. Y el otro aparece crucificado en menos que canta un gallo. Recelosos de todo aquel que rompe nuestros esquemas. Y perdemos la oportunidad de aprender algo distinto.

¿Y qué puedo aprender de Neruda?

No quedarse con una primera impresión de quien sea y de lo que sea.

¿Cómo?

Luis Espiga, director de Triform Institute (http://www.triforminstitute.com) nos da una clave que agranda la mirada de manera exponencial. Parece muy sencilla y no lo es.

Dímela ya.

Buscar en el otro una cualidad que despierte tu admiración. Algo positivo.

Con la ayuda de José Daniel Barquero, indago entonces sobre Neruda, más allá de que fuera reconocido como gran poeta.

Vayamos a 1936. Estalla la Guerra Civil española. Neruda vive en Madrid con Deria del Carril. Ambos sensibles a las injusticias y el sufrimiento humano. Tres años después logran la expatriación de 2.256 españoles en el barco Winnipeg desde Francia. Son muchas familias agradecidas. Salvó vidas.

No fue una anécdota. Ayudó a personas que lo necesitaran siempre que pudo. Económicamente en su entorno y sin renunciar a sus ideales de justicia social aunque fuera perseguido en Chile y tuviera que exiliarse como así sucedió.

Su vida es una vida de coraje. Muy necesario y más en la época actual, me recuerda mi amiga del alma. Época de Mikael.

Pablo Neruda y su vida personal es el pack de una persona intensa, apasionada y sensible. Propicia procesos.

Como el de la protagonista de “Clara y Claire”. Un libro de Camille Laurens, y que ha inspirado la última película del director francés Safy Nebbou protagonizada por la espléndida Juliette Binoche.

La autora retrata a una profesora de 48 años que decide crear un perfil falso en una red social transformándose en una chica de 24 años. Las mentiras se enredan con la realidad en la sociedad virtual moderna.

Nada es tan simple y salen a la luz las múltiples caras del personaje. De nuevo, la oportunidad de mirarse a sí mismo y canalizar nuestra complejidad, nuestra potencia. Como todos nosotros.

El traductor del libro, Juan Gabriel López Guix, me comenta que a él le ha encantado. El libro verá la luz el 30 de septiembre.

Es el síntoma Neruda. Al fin y al cabo Neruda tampoco se llamaba Neruda.

Que siga descansando en paz en Isla Negra, donde su cuerpo fue depositado al lado de su tercera esposa Matilde Urrutia, una de sus múltiples musas, sin las cuales no habría obra.

Va por todo lo que has vivido Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto. Para el mundo, Pablo Neruda.