El metaverso y la escoba de la bruja (I)

No nos engañemos. Esto es un desastre. Mi amiga del alma, que es una brujita pícara y muy especial, escucha mis pensamientos. Así que me dice: Utiliza mi escoba. Te la presto.

Vaya, pienso yo. Su escoba. ¿Será para salir volando?

Qué va, me responde -ella sigue captando mis pensamientos-. Te sirve para barrer.

A ver, listilla. ¿Y qué quiero barrer?

Dímelo tú. Verbalizarlo en ocasiones ayuda. Aparece otra perspectiva y surgen estrategias.

Es verdad. Tiene razón. Lo he comprobado en más de una ocasión.

Y le comento que contemplo con impotencia la tendencia social a nutrir miedos y desconfianzas. A nutrir ejércitos de personas robotizadas guiadas por un pensamiento único donde no caben los contrastes. Los contrastes atemorizan, como recuerda también con otras palabras Ferran Caballero, profesor de pensamiento contemporáneo y director de “El Tribú”, un lugar cómodo para pensar en libertad, sin miedo a la discrepancia.

Utiliza la escoba, utiliza la escoba, recuerda mi amiga del alma.

Y me habla del metaverso… como ejemplo de uso de la escoba. No entiendo nada de nada. ¿El metaverso?

Para no parecer un ignorante ante mi amiga, pregunto a mi colega de «La Vanguardia» Piergiorgio M. Sandri sobre el metaverso. Y me comenta: “Pretende ser la próxima evolución de internet, donde los usuarios vivirán en una experiencia inmersiva (con los cinco sentidos) en un universo informático mediante un casco/gafas de realidad virtual, en el que se podrá trabajar, jugar a videojuegos…”.

Me cuenta también los miles de millones de euros en juego: “La consultora Bloomberg Intelligence y Matthew Ball, director del fondo Epyllion, cifran el negocio global del metaverso de 700.000 millones de euros para el 2024”.

Me quedo apabullado. Parece parte del guion de “Matrix” o “Blade Runner”. A Sandri también se lo parece. Y lo recoge en su artículo (https://bit.ly/3DDzLqL)

No te quedes atrapado, utiliza la escoba, insiste mi amiga, a quien no se le escapa casi nada de mí. Como sigue observando mi desconcierto me recomienda que contacte con Yonat Vaks.

¿Quién es?

Una artista ecléctica metida en el criptoarte afincada ahora en Barcelona. Está experimentando con la conexión entre arte físico y digital.

¿Y eso interesa?

Su producción vuela. Una de sus últimas obras es un mural digital que pertenece a “La villa del coleccionista de arte digital” con referencia a los frescos encontrados en las villas de Pompeya. Esta obra digital tenía un apéndice físico, una réplica de madera, cuero y cera de abeja de una tablilla de cera romana, pintada y filmada con la dirección del contrato subido al blockchain en Ethereum. Fue subastada en una de las principales plataformas de NFT art y vendida en su totalidad en 24 horas.

¿En 24 horas? Como sigo con la boca abierta, dice que me dará más pistas. Pero en unos días. Me deja con la miel en la boca porque todavía no sé a dónde quiere ir a parar. Tampoco me ha dicho qué pinta la escoba y qué hago con ella. Bueno, de momento la tengo yo. Una escoba de bruja. ¿…?