El futuro es presente: táctica ante la violencia y JOV

¿JOV? Primera escena: un abrazo. Segunda escena: un abrazo. Tercera escena: un abrazo… ¿Qué es esto? Le pregunto a mi amiga del alma. Una táctica ante la violencia, me responde con una sonrisa cuasi inocente.

¿Una tontería para acallar conciencias?

Añádele JOV.

Querrás decir Job, como el de la Biblia, que lo perdió todo, hasta sus hijos…

No hombre no, me responde rápidamente… JOV, con uve y las tres letras en mayúscula… Y Job no perdió todo. Preservó la confianza.

Ya veo, ya veo… ¿y?

JOV son las iniciales de Josep Oriol Viladomiu, un hombre carismático y de espíritu generoso. Conciliador. Irradiaba alegría. Comprometido socialmente. Inspirado en su recuerdo se creó la Fundació JOV hace casi diez años.

¿Y qué tiene que ver todo esto con la violencia y los abrazos o los conflictos? ¿Se consigue algo? Las cifras son abrumadoras.

Y le muestro los datos recogidos estas últimas semanas. Que si un 20% de adolescentes se han autolesionado en alguna ocasión. Que si las hospitalizaciones por problemas de malestar emocional entre jóvenes de menos de 25 años se han disparado un 40%. Que si un 9% de los adolescentes dicen que querrían morirse. Mezcla explosiva de redes sociales, amistad, móvil, socialización, estudios, sentido de vida, motivaciones, sexualidad… Un cóctel, vaya.

Y sin decirme nada, mi amiga del alma sencillamente me entrega algunos libros.

De Alba Castellví, socióloga, educadora y mediadora de conflictos. Autora de “Adolescentes”. Importante orientarse  “a una educación respetuosa, responsabilizadora y serena: una educación en la libertad responsable”.

De Màrius Martínez, pedagogo, profesor y vicerrector de la UAB. Autor de “Què vols ser?” comenta: “Vivimos en una realidad muy compleja incluso para nosotros. Por tanto, ayudémosles a conocerse a ellos mismos, el contexto y empoderémosles. Ellos han de tomar las decisiones, no nosotros por ellos”.

Muy bien el contenido de los libros, pero qué hago, le pregunto a mi amiga del alma.

Pues eso, hacer, como la Fundació JOV. La cofundó Sofia Vila para hacer, para actuar, para influir, para aportar. Y escuchar.

Es diseñadora de moda y psicóloga. Y empezó con programas para orientar a los jóvenes de las zonas rurales. Y ahora uno de sus mayores éxitos son los programas de autoconocimiento y creatividad para la proyección de vida y desvelar la vocación, así como los de bienestar emocional. Porque sin sentido de vida, nada tiene sentido. Porque sin educación emocional, resulta difícil gestionar el mundo interno de uno mismo y su relación con los demás.

Como mi amiga del alma me ve pensativo, se pone en contacto con Mireia Balcells y Joan Saltor para que les acompañe una mañana a un centro escolar en Badalona. Y lo vea con mis propios ojos. También se une Ámali Saibaha. Todos ellos de la Fundación JOV. Son pedagogos, psicólogos, psicopedagogos… y más.

Un aula con unos veinte jóvenes con Ester, su profesora, empática con la situación de cada uno de ellos. Vienen, esta clase y otra, de Irán, Honduras, Pakistán, Marruecos, Rusia, Ucraina, India, Angola, Argelia… y de España.

Entre ellos se acompañan con sus propios códigos… y quieren saber. Primero saber quién es el adulto que entra en su clase. De manera espontánea algunos preguntan inmediatamente cómo te llamas. Y esperan que tú también les preguntes. Desde Aanush o Fátima, hasta Yassin, Ahmad, Safa o Rahman. Quieren ser escuchados, a veces callando. Y quieren recibir esperanza más allá de las violencias entre adolescentes, violencias entre adultos, violencias entre seres humanos. Se ve en sus miradas que tocan el corazón. Y participan en las dinámicas que se les propone y exploran su alma. Alguno llora. Todos lo respetan. Aprenden a soltar, aprenden a acoger. Y se despiden agradecidos porque hay vida más allá de las violencias.

Me conmueve. Y recuerdo entonces otro libro sobre la feminización de hombres y mujeres, y organizaciones para la rehumanización. Y esta feminización no tiene nada que ver con el sexo de las personas. Va asociada a unos valores universales intrínsecos en el ser humano como la cooperación, el cuidado de los otros.

Es de Joan Vinyets, antropólogo, diseñador. Autor de “Un mundo en clave F” afirma: “La empatía, la colaboración. Construir una nueva cultura no depredadora, para hincar un poder transformador para nuestra rehumanización”.

Se puede. Yo lo he visto.